jueves, 2 de febrero de 2012

Amor en el infierno terrenal.

Capitulo 2
Pasaron 15 años, un joven era lo que aquel 9 de abril, había nacido de esa mujer. Bautizado con el nombre de Augusto Alexander Wolder Mylein, había crecido con un hombre de la realeza al que el llamaba padre, este hombre era millonario mejor dicho el rey Augusto Federico Wolder Domissie, rey de Valo, país donde Villa Aquenea se localizaba.
Alexander o Alex como mejor se le conocía, disfrutaba cada noche sin siquiera saber porque aquella luz enorme del cielo le atraía tanto.
Una noche su padre lo llamo, el caminaba nerviosos por los pasillos y asi entro silenciosamente a su despacho. Su padre que se encontraba sentado en aquel viejo escritorio de roble, reclinado sobre su silla de terciopelo rojo a una luz tenue de velas, le miraba con rostro serio y dijo:
“En unas noches cumplirás tus 16 años….”, el rey dio un suspiro como si a algo le temiera.
“hay algo de lo que nunca te he hablado…”,  entonces se puso de pie y tomo una caja que ahí se encontraba y se la entrego a Alexander. El lo miraba sin decir palabra alguna, no tenia idea de lo que pasaba.
Entonces Alex abrió la caja y en ella encontró un periódico viejo con la fecha del día de su nacimiento donde se narraba todo lo ocurrido respecto a “el ángel caído”.
Después de leerlo Alexander frunció el ceño y no supo que era lo que su padre quería decirle al mostrarle eso.
En la caja también se encontraba un vestido negro y una carta que decía:

Hijo mío:
Espero algún día puedas leer esto, sabia que no podría resistir el ser madre para personas como nosotros es difícil procrearnos, tu me arrebataste las pocas fuerzas que tenia conmigo.
Se que te estarás preguntando ¿que es lo que eres?, mejor dicho que es lo que somos, somos dignos de realeza, inmortales, llenos de dones, poderosos vampiros, tu único enemigo es el sol, mas la luna como tu vida eterna siempre estará a tu lado. Espero aprendas a vivir con ello.
Te ama tu madre.
Pd. Busca  a tu padre, su nombre es Kiriam Rutherford Deim, el sabrá guiarte por tu nueva vida.

Alex no pudo contener el llanto y miro con repugnancia a su padre, estaba confundido triste, no sabia ni siquiera quien era, tenia tanto miedo a que la noche se acercara.
Una tarde su padre fue a buscarle, necesitaba pedirle perdón por nunca haberle hablado de eso, pero Alexander sabia que era inútil que antes se lo hubiera explicado pues así a sus casi 16 años no podía entenderlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario